«Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo»
Aristóteles
Cuando nos enfadamos, se genera dentro nuestro un diálogo interno que nos proporciona infalibles argumentos que justifican y alimentan ese enfado, e incluso muchas veces, nos parece que justifican una explosión de ira. La rabia, es energía pura.
La rabia, es una de las emociones humanas más intensas, es una respuesta natural a situaciones percibidas como injustas o frustrantes. Puede manifestarse de diversas maneras, desde la irritación leve hasta la furia descontrolada.
¿Qué información puedes recoger de la rabia?
- La naturaleza de tus límites.
- Las situaciones ante las que te sientes invadida(o).
- Tu capacidad de adoptar conductas asertivas.
¿Y cuáles son los efectos psicofisiológicos de la rabia?
Cuando sientes rabia, tu cuerpo libera catecolaminas para generar la energía que te permita llevar a cabo la respuesta de lucha o huida para protegerte. Esta excitación del sistema nervioso central, bien regulada y gestionada, provocará simplemente la vivencia emocional y podrás elegir voluntariamente la respuesta que quieres dar.
Sin embargo, si no gestionas conscientemente esta descarga de energía, y te dejas arrastrar por ella, es cuando se dan respuestas desproporcionadas (explosiones de ira, te sientes incapaz de perdonar, te cierras a cualquier razonamiento, sientes sed de venganza, no calibras las consecuencias, etc).
La rabia se edifica sobre la rabia y, de esta forma, va aumentando, y es entonces cuando aparece en forma de carga emocional la ira, mucho más difícil de gestionar.
¿Y cómo podemos saber si nuestra rabia es saludable?
Se pueden distinguir dos tipos de “enfado”:
El enfado primario adaptativo y saludable: es la rabia que aparece cuando algo te parece injusto o cuando se están vulnerando tus límites. No es explosivo y te moviliza a poner límite y protegerte.
El enfado desadaptativo no saludable: es la rabia que no aparece para abordar la situación presente, sino para descargar la acumulación de tensión que no habíamos gestionado en otro momento. Son esas explosiones de ira sin venir a cuento, por ejemplo, cuando descargamos toda la rabia del día con algún familiar y decimos eso de “lo he pagado contigo”.
Una curiosidad de la rabia es que muchas veces, se superpone a otra emoción y la tapa. Por ejemplo, cuando nos critican y nos sentimos rechazados y nos ponemos a atacar al otro para no sentir la tristeza que nos provoca el rechazo.
Muchas veces la rabia tapa nuestros sentimientos de tristeza y de pérdida. Por eso la rabia forma parte del proceso del duelo. Es muy importante saber distinguir qué tipo de emoción estamos sintiendo y esto solo se consigue con autoconsciencia y práctica.
Y no es cuestión de demonizar la rabia, ya que es una emoción fundamental para nuestra protección y supervivencia, es cuestión de aprender a gestionarla para sacarle el máximo partido.
A continuación, os dejo una herramienta para gestionar la rabia.
¡A practicar!
HERRAMIENTA (10): Gestión de la Rabia. ¿Contar hasta 10?
Muchas veces se dice que la rabia no se puede gestionar y que las explosiones no se pueden evitar.
Por suerte, eso no es cierto.
Una investigación de la Dra. Dianne Tice (profesora de psicología en la Brigham Young University) sugiere que, si bien es saludable la expresión de la rabia, existen técnicas de regulación emocional que han resultado más sanas y eficaces que la explosión.
Un ejemplo de ello es el famoso “Contar hasta 10”. ¿Pero…eso funciona realmente? ¡Pues sí!
Ya hemos comentado que la rabia es muy golosa y lo que hace es generarnos un diálogo interno en círculos justificando el enfado y aumentándolo cada vez más. Si cuando te enfadas, te alejas de la situación y te pones a contar conscientemente, e incluso en voz alta, hasta 10 (o hasta 100, cada una(o) según su nivel de rabia, o al revés de 100 a 0), esto hace que el cerebro no pueda generar a la vez ese circuito de pensamientos y se frena el contagio emocional y la rabia empieza a disminuir hasta un nivel fácilmente gestionable. Y si a esto le añades unas respiraciones profundas, ya será perfecto.
¡Pruébalo!
BIBLIOGRAFIA
Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional. Madrid: Kairós.
Hausseau, S. (2010). Tristeza, miedo y cólera. Madrid: Desclee de Brower.
PsicoTip 
2 respuestas a “Explorando tu Mundo Emocional (1) La Rabia (Parte 1 de 7)”
Amb sento molt identificada.
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Me alegro que puedas identificarte, eso es señal de consciencia emocional! Ahora toca practicar la herramienta 🙂
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